
China e Irán: el matrimonio geopolítico que no sufrirá infidelidad
Mientras Rusia se escondía tras el sofá 'haciéndose güey' con apoyos a Irán para no molestar a Israel (sí, el 30% de los oligarcas rusos son de origen judío), China firmó con Irán un pacto cuyas consecuencias serían frenar el avance de el imperio occidental en el tablero global. Con inversiones por $400 mil millones en 20 años, Pekín no solo busca petróleo barato (Irán tiene las 4tas reservas mundiales), sino un aliado estratégico en Medio Oriente. ¿El resultado? Un muro contra EE.UU. y Europa, construido con drones, misiles hipersónicos, próximamente aviones, inteligencia artificial y mucho realpolitik.
Irán es el perfect match para China: rebelde, antioccidental y con ubicación geográfica clave. Mientras los gringos pierden tiempo con sanciones, Pekín ya controla puertos iraníes, infraestructura y hasta su 5G. Para emprendedores: esto redefinirá cadenas de suministro, energía y tech. Para inversionistas: apuesten a commodities y ciberseguridad. El soft power chino ahora usa turbante, y a Occidente le llegó la factura.