
El futuro del trabajo híbrido: ¿Revolución o mito corporativo?
Las empresas globales siguen atrapadas en el dilema del trabajo híbrido: mientras un 58% de los empleados exige flexibilidad (McKinsey), muchas corporaciones insisten en el regreso a oficinas, como si el reloj pudiera retroceder a 2019. El problema no es la modalidad, sino la mentalidad. Startups en Europa y LATAM ya operan en modo *async*—priorizando resultados sobre horarios—, mientras gigantes como Meta y Goldman Sachs forcejean con políticas contradictorias que alienan talento.
El verdadero reto para las empresas está en matar el mito del "presentismo = productividad". Datos de Gartner muestran que equipos híbridos bien gestionados son un 24% más eficientes, pero solo si se miden por metas, no por horas en Zoom. La ironía es clara: el modelo que prometía liberarnos fracasará si las empresas no abandonan su obsesión por el control. ¿Oportunidad? Rediseñar culturas laborales, porque si no les gusta el modelo, los empleados simplemente se irán.