Japón: Mucha Tecnología y Poca Juventud

Japón, hace unos años la segunda economía global, enfrenta un crepúsculo demográfico que redefine su influencia geopolítica. Con una tasa de natalidad de 1.2 nacimientos por mujer en 2023, muy por debajo del 2.1 necesario para el reemplazo generacional, y una población que se proyecta se reduzca en un 30% para 2060, el país se ve forzado a recalibrar sus ambiciones. Esta contracción interna podría mermar su capacidad para proyectar poder blando y duro en el Indo-Pacífico, un vacío que otras potencias emergentes ya observan con avidez.

La paradoja es que, a pesar de su envejecimiento, Japón sigue siendo un pivote tecnológico y financiero crucial. Sus inversiones en el sudeste asiático y sus alianzas con Estados Unidos y Australia son vitales para el equilibrio regional. Sin embargo, la tensión entre su fortaleza económica actual y su debilidad demográfica futura plantea interrogantes sobre su resiliencia a largo plazo y su papel en un tablero global cada vez más multipolar.