
¡Aguas con el Estrecho de Ormuz! ¿Se viene la madre de todas las disrupciones económicas?
El reciente coqueteo de Irán con la idea de cerrar el vital Estrecho de Ormuz a "países enemigos" no es un mero berrinche geopolítico; es un potencial terremoto que sacudiría los cimientos de los mercados globales, y no precisamente para el beneficio de todos. Piénsalo bien: el 20% del petróleo mundial y el 25% del gas natural licuado transitan por esta estrecha franja de agua. Si de repente una parte de ese flujo se ve estrangulada, ¿crees que el precio del crudo se mantendrá tan campante como el peso mexicano frente al dólar? ¡Por supuesto que no! Veríamos un repunte significativo, posiblemente superando los $100 dólares por barril en un abrir y cerrar de ojos, tal como ocurrió en otras crisis energéticas. Esto golpearía directamente a las economías dependientes de las importaciones de energía, desde Europa hasta Japón, encareciendo todo, desde la gasolina que le pones a tu coche hasta los productos que compras en el súper. Las aerolíneas, las industrias manufactureras y, en general, cualquier negocio con altos costos energéticos se vería en aprietos.
Pero no todo es drama y dificultades para todos, mis queridos inversionistas. Mientras algunos lamentan el encarecimiento de la energía, otros ya se frotan las manos. Rusia, por ejemplo, que no está precisamente en la lista de "enemigos" de Irán, vería cómo sus hidrocarburos, de repente, se cotizan como oro molido. ¿Quién diría que la adversidad de unos es la bonanza de otros, verdad? China, por su parte, seguiría gozando de precios preferenciales con Irán, asegurando su suministro energético y dándole una ventaja competitiva brutal. Esto reconfiguraría las cadenas de suministro y podría acelerar la desdolarización del comercio energético. En este juego de ajedrez geopolítico, la volatilidad sería el nuevo pan de cada día, premiando la astucia y castigando la complacencia. Así que, si no quieres que tus finanzas terminen como un billete de cien pesos después de una noche de copas, más vale que empieces a diversificar tu portafolio con ojo de buen cubero en los mercados de materias primas y en empresas con exposición a las energías renovables.