
El oráculo de JPMorgan advierte al mercado
El oráculo de JPMorgan, Jamie Dimon, ha vuelto a alzar la voz, y como buen intelectual con más cicatrices bursátiles que un bróker en crisis del 29, sus advertencias rara vez son flor de un día. Mientras la euforia de algunos mercados parece no tener fin, él, con la calma de quien ve el iceberg antes que el Titanic, insiste: la economía estadounidense podría "deteriorarse pronto". Con una inflación que insiste en coquetear con el alza y un desempleo que amenaza con dejar de ser una estadística lejana, Dimon nos recuerda que los "aterrizajes suaves" suelen ser más suaves en la teoría que en la práctica.
Su radar, conectado a las entrañas del sistema financiero global, detecta riesgos geopolíticos y guerras arancelarias que no solo pintan un panorama sombrío, sino que prometen sacudirlo todo. No es casualidad que sectores como la tecnología, con valoraciones que desafían la gravedad, o el inmobiliario, siempre a merced de las tasas de interés (y sí, el 71% de los CEOs no prevé una recesión en 2025, un dato que a Dimon podría parecerle... ¿demasiado optimista?), sean los más vulnerables. La historia nos ha gritado que el mercado puede ser ciego hasta que, de repente, los problemas "menores" se convierten en una avalancha. Y sí, aunque las acciones han aguantado, Dimon no descarta caídas del 10% si los aranceles realmente pegan a las utilidades corporativas. La fe ciega, mis estimados, siempre sale cara.